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Perversiones creativas

Las perversiones creativas existen. La creatividad como actividad y proceso no es ni buena ni mala, todo depende del uso que se le quiera dar.

Fantasy by Anneli Djakiv (flickr)

Es mi siempre amada comparación con el cuchillo y a la que tantas veces hago referencia. Pero es cierto que en ocasiones la creatividad se usa de forma menos buena por decirlo de algún modo.

En esta hoja voy a hacer un pequeño resumen de esas perversiones creativas que tenemos a nuestro alrededor y que no siempre descubrimos o nos damos cuenta.

A veces se considera creativo algo que no lo es. Ya lo comenté recientemente en la hoja 226. “La creatividad no es creativa”. (Leer aquí) Para recordarlo, es ese concepto de que a todo el mundo se nos ocurre la misma idea “creativa”. Si todas las personas tenemos la misma idea, tan creativa a lo mejor ya no es. Por ejemplo, cuando empieza el buen tiempo y llegan los turistas, en cuanto sale el primer caso de balconing, Twitter se llena del comentario ingenioso de “ya comienza el verano”.  (Tweet de La Vanguardia, junio 2023)

A mi me preocupa más otro tipo de perversiones creativas a las que nos estamos acostumbrando. A esto le he dedicado una hoja completa en este cuaderno, las hoax y fake news (en la hoja 152 que puedes leer aqui) Noticias falsas o inventadas con el único fin de intoxicar o hacer cambiar de opinión a personas sobre un acontecimiento.

En linea con lo anterior, se pueden inventar historias y narrativas como hice yo en su momento con la hoja 197 de playas veganas. (Leer aquí) En mi caso fue algo inocente e inocuo, además de explicarlo y remarcar el “error” que estaba marcando. Pero hay personas que deciden hacer esto para ganar dinero y en algunos casos hasta jugar con la salud de las personas. Lo conocemos como las pseudoterapias, terapias alternativas, holísticas, etc.

Desde hace años la publicidad suele estar bastante regulada, al menos en España y offline. Esto no quita que existan publicidades que se salten esas buenas prácticas y regulaciones. No hace falta entrar en lo que se conoce como publicidad engañosa, o en las numerosas estafas que suelen estar de forma continua rondando a nuestro alrededor, especialmente en el mundo online. Todo el mundo hemos caído en esa vivencia de cuando te llega algo que no cumple con las expectativas que te habías hecho al verlo por Internet. Lo que se suele decir de “Lo que ves Internet, lo que te llega”.

Otra de las perversiones creativas que me he encontrado más o menos de forma regular es en el terreno laboral y/o profesional. Por lo general los llamamos vende humos y así mismo se denominan gurús de algún área, los menos altivos coaches. Son esas personas que te venden o facilitan cualquier solución o acompañamiento de un proceso del cual son muy expertos pero toda su explicación, igual que en el caso de las pseudoterapias, orbita alrededor de sacar tu mejor versión, y ponerle ganas. No conocen los condicionantes externos y concentran los éxitos en su buenos consejos y talento, mientras que los fracasos en tu falta actitud. Casualmente ellos nunca tendrá la culpa ni responsabilidad.

Otra de las perversiones creativas creo que llega desde nosotros mismos. Nuestra mente retorcida juega con la creatividad para enseñarnos el lado más oscuro. A unas personas más que a otras, pero si no te ocurre directamente a ti, seguro que conoces a alguien que siempre se preocupa y piensa más en todo aquello que puede pasar que de lo que realmente ocurre. Está claro que hay que ser conscientes de los riesgos que existen y cualquier acción puede tener algún riesgo o peligro. La vida conlleva la muerte, pero hay personas que realmente se montan algunas películas por miedos y terrores infundados que son meramente sugestiones, inseguridades y proyecciones de su mente.

No están todas las que son, pero son todas las que están. Mi intención con esta hoja no es otra que llamar tu atención sobre acciones y hechos que nos suelen pasar desapercibido. No todos se pueden cambiar, pero si nos damos cuenta de ellos, en muchas ocasiones podemos evitar que nos jueguen malas pasadas.