Saltar al contenido
Portada » La innovación que no innova

La innovación que no innova

A lo largo de este cuaderno creativo, hablo bastante más de creatividad que de innovación. A veces va por épocas. En determinados momentos me da por centrarme en la innovación y en otros por la creatividad.

Dos personas mayores hablando bajo una sombra usando los andadores como asientos. Una alegoría de que que lo moderno (la innovación) sigue siendo cosas que ya se han hecho toda la vida. (sentarse en la fresca a hablar)
Tertulia by candibj (flickr)

En esta idas y venidas, me ha dado por fijarme y observar como se desarrolla la innovación. ¡Qué sería de la innovación y la creatividad sin la parte de observación! Pero claro, todo lo que es observable también tiene otros componentes de la creatividad y de la innovación. El cuestionamiento. (leer sobre preguntas)

Quizás yo soy muy tiquismiquis y siempre busco 5 pies al gato. Quizás sea que realmente hay una parte de la innovación que no innova. Ya lo comenté en varias ocasiones que la velocidad de desarrollo tecnológico e innovador va demasiado rápido y no permite sacar el máximo rendimiento a estas acciones.

Esa velocidad es la que me lleva a la innovación que no innova. Últimamente estoy percibiendo que lo nuevo que se saca, no es una innovación sino una mejora de lo que ya hay. En telefonía móvil los dispositivos suelen ser el mejor ejemplo de la innovación que no innova. Cuando se lanza una nueva versión, la innovación es añadir más cámaras para sumar más megapixeles, cuando hace relativamente poco, la innovación era sacar lentes más sensibles.

La innovación que no innova, es un concepto que me da cierta pena y miedo a la vez. Se apoya en marketing para sustituir innovación por mejoras, siendo benevolente al hablar. Una mejora no es una innovación. Aprender a hacer algo mejor no implica que se haya añadido una innovación en el proceso. Es el resultado del aprendizaje. Cuando haces algo por primera vez, lo haces peor que cuando lo has repetido mil veces. Hasta ese punto no has innovado, has mejorado o perfeccionado la forma de hacerlo.

Esto es algo que en Abril de 2022, estoy viendo demasiados casos donde en la publicidad de muchos productos se intenta vender esas “mejoras” como innovaciones en el producto o mercado del sector. Cuando realmente, como he dicho no es ninguna innovación. Soy crítico con este tema y creo que se debe ser así. Del mismo modo que soy consciente que no se pueden sacar innovaciones cada 2 semanas.

En línea con esto, mucha innovación que no innova es por ejemplo generar ayudas que funcionan para el humano pero que realmente no añade o aumenta las prestaciones de un determinado producto. Ponerle una línea de puntos LED a un aspirador no afecta en su capacidad de aspirar. Es diseño y una forma marketiniana de vender una característica extra que no se necesita. “Iluminar la suciedad para no dejar que se escape ninguna”

Un proceso de innovación es algo vivo que funciona y da frutos en el medio-largo plazo.

Dedicarse a buscar innovación pasa por realizar muchas mejoras hasta dar con algo que modifica la forma de entender el producto/servicio y por eso da el salto de mejora a innovación.

Por mi experiencia personal, perseguir la innovación es duro. Pueden pasar días y días infértiles. Hasta se llega a tener pensamientos de desistir porque quizás no hay margen de mejora o directamente las ideas que surgen son inviables para implementar. Esta parte hay que asumirla cuando se persigue estos objetivos. No pasa nada por quedar atrapados en vías muertas, en innovación, casi que es lo más normal. Creo que no es malo aceptar este hecho, al menos yo, considero que es algo de trampa o adulterar resultados el recurrir a la innovación que no innova para justificar un trabajo.

Hay que pivotar y hacer cambios para explorar otras opciones. Incluso aunque pensemos que no es necesario. Hay que estar constantemente pensando en nuevas opciones, porque solo así, llegará la innovación.