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El juego de las nubes

Las nubes son algo efímero, formas caprichosas que ayudan a nuestra creatividad.

Juego de las nubes, nube

Con las nubes se puede hacer un ejercicio creativo qué aporta múltiples beneficios. El juego de las nubes es tan antiguo como la existencia del propio humano. Solo podemos jugar cuando las condiciones climáticas lo permiten. Necesitamos un cielo despejado, manchado de algunas nubes. Entrando en el terreno técnico, las nubes que necesitamos son las conocidas técnicamente como: Cumulus, stratus, stratuscumulus y cirrostratos.

Para comenzar el proceso creativo necesitamos mirar al cielo y dejar que nuestra imaginación y mente se pongan a funcionar. Hay días más propicios que otros. Sin embargo, depende de nosotros mismos encontrar formas curiosas para jugar.

Antes os he comentado que jugar al juego de las nubes tiene diferentes beneficios. Uno de ellos es que relaja y ayuda a que la mente se tranquilice. De hecho, cuanto más tranquilos estemos, será más fácil que nuestra mente se evada por las sugerencias que veamos en el cielo. Si jugamos con relativa frecuencia a este juego, nuestra vista también lo agradecerá. Siempre y cuando no miremos al sol directamente. Vivimos constantemente mirando pantallas, con los daños y perjuicios que genera este hecho. Cada vez que miremos al cielo y a las nubes, estamos enfocando hacia el infinito y dejando de fijar la vista en puntos cercanos.

Otro beneficio obvio de realizar este ejercicio, es que ayudamos a mejorar nuestra capacidad creativa. Además lo estamos haciendo con diversas técnicas. Por un lado estamos reforzando los recuerdos, porque tenemos que ver una forma y vincularla/interpretarla con un recuerdo. En cierto modo estamos también trabajando nuestra capacidad artística. Debemos interpretar algo que no tiene sentido. También estamos dejando a nuestro cerebro que rompa barreras preexistentes. Que sea capaz de reconocer un objeto fuera de su representación habitual como concepto.

Este juego al igual que ocurre con otros muchos juegos creativos, no tienen una solución única. Tampoco podemos hablar de respuestas buenas o malas. En especial porque todo depende de la percepción personal que tengamos de las formas que se nos sugieran en el cielo. Un mismo conjunto de nubes puede evocar distintos conceptos para diferentes personas. Este juego también cumple una regla habitual de los juegos creativos, se puede combinar con otras dinámicas para hacerla más interesante. La más sencilla es el de conecta dos conceptos (leer aqui). Miras a las nubes y cuando veas dos ideas, busca la conexión entre esas dos propuestas.

El juego de las nubes es muy simple y en esa simplicidad radica la gran potencia que tiene a nivel creativo.

De la nada, ponemos nuestra mente a funcionar a máximo rendimiento. Con el fin de encontrar algo. Un algo que nunca vas a poder saber qué es hasta que no llegues al final del juego.