Hoy me atrevo con la gran batalla de ciencia VS letras. En la creatividad también existe.
Realmente os voy a contar mi experiencia y vivencia entre ambos “bandos”. de forma rápida, para algo más detallado, la bio (click aquí) Por formación, he sido más de ciencia que de letras. Ser ingeniero es lo que tiene. Dibujo técnico, física, matemáticas. Generalmente pensamientos abstractos y procesos lógicos. Esto último choca algo contra las bases de la creatividad. Hay que dejarse llevar y no ser cuadriculado. Sin embargo la lógica en el proceso creativo, no está tanto en ser de pensamientos rígidos sino de ser capaz de llevar un orden coherente con lo que se hace.
La parte de las letras ha venido después. No tanto las letras en sí, que también. Porque crear contenidos en blogs, infografías, guías educativas, narrar historias, etc… no deja de ser escribir. Letras. Pero también he entrado más en otros campos de las letras como es la parte del humanismo y la filosofía. Reflexionar sobre proyecciones de futuro o la observación de cómo actuamos los humanos en determinadas situaciones me han hecho adentrarme en este mundo.
Con estos antecedentes de ciencia y letras, creo que puedo tener una visión más o menos generalista del tema y así compartirlo sin caer en pensamientos partidistas.
La creatividad está presente en ambos bandos de la histórica guerra ciencia VS letras. Por un lado la ciencia es la parte que aporta la metodología. Porque la creatividad tiene metodología. Por eso es un proceso. Se puede protocolizar y replicar en cualquier otro lugar. El proceso, no los resultados. Los resultados es lo que se aleja ya de la parte científica. Los resultados son diferentes en base a mil circunstancias, aunque se haga todo igual. Incluso siendo una sola persona y haciendo el mismo ejercicio. Lo normal es que salga otro resultado.
Por el lado de las letras, la creatividad está en la parte técnica del proceso. En la conducta humana para intentar comprender como ocurre el proceso creativo en nuestro cerebro. Gestionando el contexto y las circunstancias. Del mismo modo, está en la parte de diseño de una acción concreta. Por ejemplo, sabiendo cómo es una persona o un grupo de ellas, la parte de las letras ayuda a hacer el itinerario creativo ideal para que aflore su creatividad. No funciona igual la creatividad en personas que desarrollan su parte más mental, como pueden ser trabajos de planificación, que en personas que trabajan con sus destrezas físicas, o los puntos intermedios como puedan ser las personas con trabajos administrativos de burocracia.
La parte de las letras, la de entender la conducta humana, aporta en el proceso creativo a saber por donde pueden ir los tiros dentro de un proceso y si fuera necesario, establecer medidas correctoras para evitar sesgos y desviaciones. O por el contrario, valerse del lenguaje para manipular y encauzar en una dirección sin que se percaten de este hecho.
Para terminar, podemos hablar de una parte donde la batalla de ciencia VS letras está empatada en cuanto al terreno de la creatividad se refiere. En el análisis de resultados de un proceso creativo. Analizar e interpretar los resultados o datos obtenidos es un trabajo que no se puede realizar sólo con ciencia o sólo con letras. Obligatoriamente tienen que coexistir y cooperar. De lo contrario, faltaría información o se perderían matices que en algunos casos pueden ser cruciales. Al menos yo, cuando tengo que realizar esta parte, siempre busco la forma de cruzar la información por ciencia y letras. En textos más técnicos hablarían de temas cuantitativos y cualitativos.
No sé cuanto de acertado puedo estar en esta visión de ciencia VS letras referido al terreno de la creatividad. Lo que sí os puedo decir es que lo comentado es a día de hoy mi opinión basada en lo que he experimentado y analizado en base a mis conocimientos de ambos bandos. Por cierto, ¿Por qué nos empeñamos en enfrentarlos?