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Votaciones y elecciones políticas 3.0

 

Vivimos en la era online, donde todo es digital y con Internet de la cosas, pero las votaciones políticas y las elecciones siguen siendo muy offline.

Cartel de colegio electoral, en elecciones políticas en España
Mesas (colegio electoral) by JJ Merelo (flickr)

Una urna de plástico transparente, 3 o 4 personas por mesa gestionando el domingo de votaciones y miles de papeletas para escoger.

¿A ti no te chirría? A mi muchísimo. Veamos el tema más de cerca pero sin entrar en profundidades ni percepciones políticas. Una campaña electoral es como es, pero el día de la votación podría ser mucho mejor.

En primer lugar, hay que tener una serie de personas escogidas al azar para supervisar el proceso. (interventores y apoderados de los diferentes partidos no los cuento) Esas personas reciben una gratificación por estar ahí, realmente se podría evitar. Si eres de las personas que van a ejercer su derecho a voto, habrás descubierto que también hay al menos un agente de la autoridad. Obviamente, ese día se necesitan muchos agentes para cubrir todos los colegios electorales y no se pueden quitar de sus puestos habituales. No todos los agentes cobrarán horas extras, pero seguramente haya un porcentaje de ellos que si. Esto ya si supone una entrada a la partida de costes.

Por otro lado está el tema de las papeletas. Hay que imprimir por cada partido y cada colegio el número total de votantes. A esto hay que sumar el distribuir dichas papeletas y sobres. Más gastos.

Si alguna vez os ha tocado ser uno de los amables ciudadanos que esta formando parte de una mesa electoral, sabrás que hay unos manuales sobre la jornada de votación y posteriormente hay que hacer el recuento de votos.

Creo que así de forma rápida no me he dejado ningún gasto de los importantes. El caso es que esto supone aproximadamente un desembolso de las arcas públicas de más de 100 millones de euros por cada votación según el dossier de prensa de las elecciones municipales y autonómicas de 2015. (que puedes consultar aquí)

Ahora me gustaría reflexionar conjuntamente siendo conscientes del tiempo en el que vivimos y las posibilidades que tenemos a nuestro alcance.

Se estima que en España, en enero de 2015, hay unas 47 millones de líneas móviles domésticas según el Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones (ONTSI). Eso significa que hay 1 línea por persona más o menos.

¿Te imaginas hacer las elecciones a través de una app? Hacer una app con un presupuesto de 25 millones de euros al año aproximadamente.

Pues sorpresa, en realidad la administración pública ya dispone de una app para dispositivos móviles que se usa para las elecciones, aunque solo se usa para monitorizar los resultados. Pero si se pudiera votar con esta misma app, los costes estarían mucho más controlados. Y teniendo en cuenta que ya está hecha la app, el coste de la misma también sería más bajo que hacerla desde cero. A nivel de seguridad para evitar fraudes y demás lo dejo para que lo piense un especialista en la materia. Yo me centro en la acción, las votaciones y los recuentos serían mucho más ágiles y eficientes. Además que la app reducirá su coste enormemente en el momento que se reutilice para hacer otras votaciones. Ya que estamos, podemos no solo usarla para escoger a los “representantes del pueblo”. Así se puede involucrar más la ciudadanía en la gestión política de su localidad, provincia, comunidad autónoma y la marcha general del país. Se pueden realizar consultas sobre propuestas o sobre cualquier tema con una infraestructura ya creada.

¿Funcionaria? ¿Requiere grandes inversiones? Sospecho que si las cadenas de televisión ya tienen sus propias app para dispositivos móviles, hacer encuestas y testar la opinión de su audiencia por cada programa, es que la respuesta es que funciona y no es especialmente alta la inversión. Dicho esto, ¿por qué no hacerlo en política?

Sé que pueden haber muchos puntos negativos y motivos para no hacerlo. Pero realmente, solo terminan siendo escusas. Personas mayores, personas que no tengan un smartphone, personas que por algún motivo no puedan realizar su derecho, todas ellas pueden seguir recurriendo a los colegios electorales y que allí haya un terminal y personas para ayudara resolver estos problemas. La implantación de este sistema digital y moderno no tiene por qué ser de golpe, se puede hacer de forma gradual y a la vez utilizarlo para descubrir fallos y seguir mejorando el sistema. En otro orden de cosas, sabiendo que todo se está enfocando y apuntando a hacerse de forma expres y por medio de dispositivos móviles, ¿quién dice que utilizar este sistema que consigue hacer que el ejercicio de expresarse politicamente se reduzca a usar una app en un dispositivo móvil, no genere cambios sustanciales? Estoy pensando en cosas como conseguir aumentar la participación ciudadana en la toma de decisiones. Por supuesto que cada persona es libre de querer ejercer su derecho al voto y de estar más o menos involucrado en este tipo de eventos. Pero en este caso, más sencillo, rápido y que menos interfiera en su vida cotidiana no se puede hacer.

La clave es actualizarse o morir, ya se hace con el documento nacional de identidad. Ha evolucionado desde cuando hace muchos años, era un tarjetón azul escrito con máquina de escribir, hasta ahora que tenemos un DNI electrónico, que no conozco a nadie que lo use de forma electrónica, pero ya va por la versión 3.0