Simplificar y reducir. Esta hoja del cuaderno es totalmente contraria a una de las máximas que defiendo y proclamo cada vez que puedo. La diversidad es riqueza.

The West Pier by Richard Evea (flickr)
En cualquier proceso creativo o de innovación, siempre digo que se intente no desechar ideas. Todas las ideas son suceptibles de ser útiles, nunca me gusta de etiquetarlas como buenas o malas, solo ideas. Lo que si que hago en pasos posteriores es lo que denomino fase de convergencia. Que es ir asociando e hibridando ideas o conceptos que puedan ser similares y/o complementarios.
¿Por qué es importante simplificar y reducir?
Porque es lo más óptimo para nuestro cerebro si queremos que tome una decisión eficiente. No es broma, por extraño que parezca nuestro cerebro es así de peculiar. Cuanto menos opciones tenga para escoger, mejor será la decisión. En realidad no está tan mal pensando. Nuestra mente es más inteligente que nosotros mismos. Si tiene que escoger entre menos opciones, es más fácil y sencillo decidirse. En el fondo esta estrategia lo que potencia es las diferencias entre las opciones. Si hay muchas opciones disponibles, las diferencias entre una opción u otra se diluye y se entremezclan. Habrá opciones muy similares entre ellas que solo se distingan por pequeños detalles, y eso no te voy a mentir, complica el tomar una decisión.
Aquí es donde se justifica mi fase de convergencia dentro del proceso creativo o para toma de decisiones, o simplemente como estrategia para realizar una elección. Esta fase de convergencia es una pequeña parte del proceso general, pero quiero compartirla contigo porque creo que te puede ser de utilidad.
Una vez tengas ante ti todas las opciones posibles, tienes que intentar verlas en su conjunto y antes de escuchar a tu interior, ser capaz de categorizarlas.
No te fijes en lo que las diferencia, sino en lo que las asemeja.
Agrupa las distintas opciones en esa similitud. ¿En cúantas partes? Pues eso no se decirtelo, cada caso será diferente y es algo que te lo da la experiencia. Lo operativo es agrupar las opciones en tantos grupos como semejanzas diferentes existan entre ellas. Lo siguiente que tienes que hacer es tomar una decisión de que con qué grupo de opciones te quedas. El último paso es tomar una decisión de entre esas opciones que te han quedado.
Este sistema o estrategia para la toma de decisiones la puedes emplear para muchas cosas y siempre siendo consciente de tener claro los criterios que implican esa toma de decisiones (más info en hoja 64)
Esto puedes aplicarlo en cualquier situación. No ocurre solo con tomas de decisiones más complejas o profesionales, en el campo privado o personal nuestro cerebro opera de igual forma. Es más, ocurre hasta cuando se trata de escoger recompensas para el cerebro. ¿Te atreves a poner en práctica lo que te acabo de contar?
Te voy a pedir que escojas que producto típico navideño te gustaría tomarte ahora. La idea es que empieces a aplicar la estrategia que hemos visto y vayas haciendo lotes de productos afines o similares. Así tendrás una especie de clasificación de categorias. Después solo tendrás que escoger el producto dentro de una sola categoría. Dividimos en proceso en partes más simples y hacemos aproximaciones sucesivas.
Escoge solo uno de los que hay a continuación.
Turrón Chocolate blanco crujiente Galletitas de Jengibre Turrón Chocolate crujiente
Turrón de almendras (duro) Turrón de coco Nueces
Pestiños Turrón de praline Barquillos dulces
Turrón de nata y nuez Turrón de trufa Peladillas
Bombones Almendras Dátiles
Mazapán Mantecados Turrón de fruta escarchada
Roscos de Vino Turrón blando (de Jijona) Avellanas
Orejones Turrón yema de huevo Trufas navideñas
Roscas de anís Coquitos Guirlache
Lenguas de gato Turrón de chocolate y naranja Roscón de reyes
Polvorones Fruta escarchada Galletas de mantequilla
¿Cómo te ha parecido de complicada la decisión? ¿Has aplicado la técnica de simplificar y reducir?
*** Modificar entradas de toma de decisiones y vincular con esta.