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Responsabilidad Social Corporativa

La responsabilidad social corporativa es una parte de las empresas que últimamente está en auge. Toda empresa que se precie, gigante, grande, mediana, pequeña o diminuta quiere decir que tiene su parte de Responsabilidad Social Corporativa, RSC o RSE para los modernos.

Esta es de las pocas modas que al menos aportan algo positivo. Aunque unas siglas en un papel no aportan mucho, en realidad si, reputación e imagen.

Responsabilidad Social Corporativa, RSC, RSE

Seamos sinceros, cuando somos consumidores pocas veces nos importa si una empresa cumple realmente sus programas de responsabilidad social corporativa o no. Pero hay que apostar por las que realmente si lo cumplen, no hay que ser tan mal pensado. El problema que ocurre algunas veces es que esas empresas están comprometidas, quieren hacer algo y terminan cayendo en lo primero que ven y les permite colocar algún que otro logotipo.

La responsabilidad social corporativa tiene que ir más allá. Realizar X donaciones es un hecho intachable y muy positivo, pero una responsabilidad social corporativa de verdad, buena y duradera es aquella que implica a la empresa en su conjunto, directiva, empleados, proveedores y llegar hasta los clientes. No solo tiene que significar aportar dinero, se pueden aportar conocimientos, servicios, productos, mano de obra, ayuda en diferentes formas. Tampoco tiene que ser para un pequeño asentamiento en el centro de África, salvar a la gamba verde de las profundidades abismales del océano, ni apoyar la investigación en nanotecnología biomolecular. Por contraposición no digo que haya que tirar de casos más cercanos. Todo es posible, si y no, la respuesta a cada opción es depende.

Tener una buena propuesta de responsabilidad social corporativa pasa por tener un amplio conocimiento de la empresa en cuestión, conocer las inquietudes del grupo y de las personas que se quieran implicar.

(No hay que obligar a los trabajadores). Todo esto hace que unos casos sean mejores oportunidades de “hacer el bien” que otros. Al igual que en cualquier negocio, la RSC tiene que ser la mejor fórmula para sacar el máximo rendimiento con el menor coste posible, hablando en el sentido positivo de la expresión. Ya que se contribuye a mejorar en algún sentido la vida de algunas personas, la idea es que con el presupuesto asignado se pueda sacar el máximo rendimiento.

Una de las metodologías más usadas es la de buscar y entrar en contacto con diversas asociaciones, ongs, fundaciones, trabajadores sociales, colectivos y conocer qué es lo que está haciendo, cuáles son sus necesidades, impregnarse de sus problemas y decidir en un despacho a quién, cómo y cuánto se va ayudar. Es una opción tan válida como otra cualquiera, pero requiere de tiempo de una persona recabando información, contrastando y elaborando informes para que otro grupo de personas escojan según su afinidad “el elegido”.

Esta tarea a priori resulta complicada y requiere de tiempo, por otro lado pocas veces se encuentran proyectos o movimientos que encajen en lo que realmente se quiere implicar la empresa (el grupo de gente). Una de las mejores opciones que pueden surgir es encontrar alguien que esté en contacto con este grupo de agentes y de forma rápida y sencilla pueda ofrecer un abanico de opciones que encajan más en la idea original.

Aunque puestos a elegir, por supuesto que la opción óptima de este tipo de recursos es contactar con alguien que pueda diseñar esta responsabilidad social corporativa a medida para cada caso, como hacemos en Componente Creativo, y otra mucha gente del sector. En nuestro caso, nos puedes preguntar sin compromiso.