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Creatividad e ideas de negocio

Para ser emprendedor, tienes que tener una idea de negocio para desarrollar. Y esta idea tiene que ajustarse a lo que se llama “modelo de negocio”.

La creatividad en este punto es un ingrediente más de toda la fórmula. No te asegura el éxito ni el fracaso, pero aporta peso a lo que se denomina diferenciación.

Las ideas de negocio funcionan por dos cosas: O bien cubren una necesidad o bien resuelven un problema existente. Esto es lo más básico en cuanto a crear un negocio. Para los más avanzados puedes ser tú la persona que genere una necesidad o un problema al resto de ciudadanos y así y te has hecho tu propio mercado. Este concepto es muy fácil verlo en la industria de la moda. Los grandes gurús deciden que va a ser lo cool y qué no en las siguientes temporadas, crean las colecciones correspondientes y ya tienen un grupo de gente (fashion victims) que tienen la necesidad de tener que llevar “lo último” que han diseñado y presentado.

creatividad e ideas de negocio
Las buenas ideas pueden ser sustentables by Fundación PROhumana

Las ideas de negocio, por lo general salen de la observación del mundo que nos rodea o por el contrario de las vivencias y problemáticas del día a día. De aquí se te ocurre una forma mejor de hacer o conseguir algo. Esto es la idea de negocio.

La creatividad entra justo después. Una vez surge la idea de negocio, hay que transformarla en un proyecto que sea viable. Que se pueda llevar a la práctica y que genere el suficiente margen de beneficios para que se se auto-sostenga económicamente. Aquí es donde hay que aplicar grandes dosis de creatividad.

Por experiencia, la gran mayoría de emprendedores el problema principal que tienen es el económico. Falta de financiación y grandes números para cubrir la inversión inicial. La creatividad permite en muchos casos reducir estas cifras. (existen muchas formas de conseguir dinero, ver aquí)

¿Cómo? Hablando de forma genérica, quizás es más complicado el poner ejemplos concretos. Pero es muy sencillo, una vez tienes tu idea de negocio, es cuestión de disgregarla y resolver los diferentes puntos económicos que tienes. Aplica diferentes técnicas creativas para generar otras opciones. Si por ejemplo es un negocio físico, el local puede ser un gran coste. Pues hay que concentrar los esfuerzos y la creatividad en formas para que ese espacio físico resulte más barato.

Por ejemplo: espacios compartidos (coworking), colaboraciones simbióticas (alianzas estratégicas), ¿realmente necesitas empezar con un espacio físico para el público? Estas son las soluciones más básicas que se le ocurren a cualquiera, pero con una buena sesión de creatividad se puede llegar mucho más lejos.

En otras ocasiones, la creatividad hay que aplicarla en sí en la idea. Es una gran idea, pero muy compleja de llevarla a cabo. Esto también ocurre a veces en lo que yo lo llamo ideas ONG. Son esas ideas que resuelven un problema o cubren una necesidad, sin embargo son completamente imposibles de monetizar, o al menos que no produzcan pérdidas. Para estas situaciones el pensamiento lateral es una herramienta potente. Depende cada caso por su puesto, pero una opción aquí es generar riqueza por otro lado. Un modelo de negocio freemium, o crear servicios y productos satélite alrededor de la idea principal es lo más recurrente.

Si estas pensando en lanzarte a la aventura de emprender, estás viendo que no solo es importante tener una buena idea, sino también la forma de hacerla realidad. Esto es uno de los escollos que pocas veces se comenta a los emprendedores.

La vida no es de color de rosa y cada proyecto tiene su fase de “travesía del desierto”.

Ahora, ármate de valor, libera tu mente de barreras, flexibiliza tus objetivos y ánimo. Emprender no es un carrera de velocidad, sino de resistencia.