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Cómo atraer clientes y llamar su atención

Sin ser experto, siempre he tenido la sensación de que la mayoría de las cosas se hacen por inercia y sin pensar realmente.

Rebajas
Imagen del periódico ABC

Seguimos nuestro camino por la senda de otro para llegar a los lugares donde otros ya han estado. Si quieres ser diferente, quizás buscas caminos de gente que llegó a lugares raros, pero al final siempre es lo mismo. Lugares donde otros ya han estado.

En los ratos libres que tengo, algunas veces aprovecho para pensar con claridad. Y descubro cosas increíbles. Por ejemplo, si alguien quisiera montar una tienda, para llamar la atención del público y conseguir clientes, todo el mundo piensa en poner un cartel luminoso. Pero si quieres diferenciarte del resto, quizás no deberías hacer lo mismo que el resto, ¿no? A mí siempre me gusta llevar las cosas al extremo porque se ven mejor. Si la tienda estuviera en el famoso Street de Las Vegas, creo que lo último que haría sería poner un cartel luminoso. Lo que más llamaría la atención allí sería una tienda sin luz, una fachada que no brilla. Entonces, a veces lo más obvio no es la mejor opción. Hay que ver las circunstancias y los condicionantes que tienes alrededor.

Otro detalle que me gusta mucho, y lo he podido comprobar, es que el exceso es malo.

Publicitar algo muchas veces o en muchos sitios provoca que al final no tenga ningún tipo de impacto. Un ejemplo muy sencillo y que lo digo muchas veces.

Logo sin color de GoogleSin hacer trampas, di en orden el color de las letras de Google. Te dejo un tiempo. Lo ves seguro que a diario, incluso me atrevería a decir que varias veces al día. Pero ¿has dicho azul, rojo, amarillo, azul, verde, rojo? Ahora si pregunto por el logotipo de BMW, seguro que todos acertáis que arriba izquierda y abajo derecha es azul, y la otra diagonal son los cuadros blancos.

Otra forma de conseguir dejar huella en usuarios o futuros clientes es el sorprenderles gratamente. Últimamente se está viendo la tendencia de que ya no basta con vender directamente el producto, ahora hay que vender el producto y algo más. Unos dicen que experiencias, otros que sensaciones, otros que emociones. No hay nada definido, porque por ejemplo hay una empresa que venden productos alimentarios que se su forma de atraer a los clientes es ofrecerles recetas de cocina usando su producto como ingrediente. No hay una receta mágica que sea el imán de los usuarios, o quizás sí, ofrecer valor añadido a los usuarios, algo que tenga utilidad para ellos, y sobre todo que no sea una excusa mala camuflada entre toneladas de logotipos de la empresa o mensajes de “compra aquí.”

La creatividad a veces se puede confundir con la originalidad, aunque son conceptos a mi punto de ver similares. En ocasiones la creatividad puede irse de las manos y entrar en una espiral de escalada, llegando hasta el punto que el siguiente paso para ser original y distinguirse del resto, es dar la vuelta al contador y volver al punto de partida.

Un claro ejemplo son los yogures. Comenzaron los naturales, después se le añadieron sabores, más tarde trozos de fruta, el siguiente paso fue añadir cereales, más tarde se convirtieron en desnatados, la evolución pasó por añadir pequeñas bacterias extras, después se fueron haciendo ruta por los distintos países, etc. y así hasta que alguien dijo. “Podemos comercializar yogures en su forma más básica, los yogures originales”. Con esta vuelta de tuerca y retorno al principio han roto la dinámica y se vuelven a diferenciar, o dicho de otro modo, han aplicado la creatividad al marketing para relanzar un producto que a priori estaba desfasado.

Para no extender esta entrada, voy a cerrar aquí este capítulo sobre creatividad con las pequeñas pinceladas que he comentado. La creatividad está ahí, solo hay que dejar que fluya. Parafraseando a una conocida saga cinematográfica, “que la creatividad os acompañe

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