Saltar al contenido
Portada » aprendizajes creativos de escribir monólogos

aprendizajes creativos de escribir monólogos

Como parte de mi creatividad, en ocasiones y casi como hobby, me da por escribir monólogos.

Es algo lúdico que hago. También porque para mi el hecho de escribir me ayuda a desconectar, en otros momentos, es una vía de escape. En ocasiones lo defino como el concepto de drenar sentimientos. Esto realmente lo hago desarrollando la creatividad en actividades artísticas, no solo en escribir. Pero no quiero distraerme de los monólogos.

Un monólogo lo tenemos asumido generalmente en el campo del humor. Que está muy bien, yo siempre apuesto por el humor como forma de vida. En alguna que otra ocasión suelo decir que: “El humor nos salvará, y si no lo hace, al menos habremos pasado un buen rato.” Esta filosofía la puedes ver aplicada en el terreno laboral con la hoja de trabajar con humor (Leer hoja).

Sin embargo, un monólogo también puede ser más serio, en mi caso es difícil, o puede ser motivacional. En realidad un monólogo es una comunicación continua de un determinado tamaño.

Hablando por mi mismo, para el tema humor, trato sobre distintos temas cotidianos. Reflexiones que nacen de observar el día a día. Que en muchas ocasiones rozan lo absurdo. Simplemente es ver las incoherencias que hacemos sin darnos cuenta. Otras veces es cuestionar la realidad, fantasear con un mundo paralelo.. (quizás esto os suene a alguna que otra técnica creativa. Dimensión espejo)

Ya he dicho que escribir monólogos lo hago por hobby.

Escribir es una cosa y memorizarlos e interpretarlos es otra muy distinta. También los escribo porque a nivel creativo es un buen entrenamiento. Como acabo de decir, toca muchos aspectos que ayudan a la parte creativa. La observación, el cuestionamiento, el mero hecho de escribir, establecer conexiones entre conceptos, (esto es para generar los chistes, ya entraré algún día en explicar como funciona un monólogo humorístico) hasta la curiosidad. (De la que también hable en la hoja 178 y puedes leer aquí)

Escribir monólogos tiene una gran parte de curiosidad y de aprendizaje que nadie se plantea. Salvo que lo hayas hecho alguna vez. Escribir monólogos requiere un trabajo extra de documentación. Para poder hablar de un tema y sacarle punta, tienes que conocerlo. La profundidad ya es cuestionable y se puede debatir. Pero hablar sobre cualquier tema, implica tener que buscar información sobre él. Por muy tonto que parezca.

En mi caso, esa parte me suele gustar bastante por que sacia mi curiosidad sobre un área, además de seguir aprendiendo sobre cosas que normalmente desconozco. Por mi memoria limitada, generalmente son cosas que descubro en ese momento pero al poco tiempo, se me olvida lo nuevo que haya aprendido, alguna curiosidad si que se me queda. Pero sin el ejercicio de estudio, es solo descubrir nuevos conocimientos, no memorizarlos. A nivel creativo esto sirve para abrir mi mente y poner en práctica la parte de estar receptivo a nuevos enfoques. En otras ocasiones a hacerme nuevas preguntas o cuestionar cosas que hasta ahora daba por hecho. (Te sonará de la Hoja 140, donde recomiendo no dar nada por hecho)

Como estáis descubriendo, cada poco hago alguna referencia a alguna hoja del cuaderno.

Esto es porque escribir monólogos está muy relacionado con la creatividad. Trabaja muchas áreas vinculadas a esta capacidad. Además de aportar aprendizajes. Tampoco quiero ir de erudito ni de gran monologuista. A decir verdad, pese a haber escrito alguno que otro, nunca me he enfrentado a hacerlo en el sentido de recitarlo frente al público. Si que he grabado alguno en el programa de radioUA de Creativiak.
(Enlaces Youtube: Monólogo sobre nombres. Creativiak 4×03Monólogo sobre Marte y los extraterrestres. Creativiak 4×12).

Algo que me hizo ilusión y que viví como un reto dentro del programa. Una forma de salir de la zona de confort. Empujarme a hacer eso que nunca había hecho. Y todo es porque pese a tener cierta facilidad para darme cuenta de cosas graciosas o de hacer comentarios ingeniosos sobre algo, mi mala memoria me impide ser capaz de memorizar un texto para después repetirlo ajustado a comas. Con el plus añadido que no solo es el texto, también interpretarlo, darle ritmo, tono, acompañarlo de expresión no verbal, evitar caer en que me haga gracia y desconcentrarme. Resumiendo, interpretar el texto.