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7 aprendizajes emprendedores de El Camino de Santiago

Si vas a emprender por primera vez, debes hacer antes el camino de Santiago. Aparentemente no tienen nada que ver, pero fijándose en los detalles descubrirás el beneficio que te puede aportar el camino. Te aportará cierta experiencia que te vendrá bien en los negocios.

Camino de Santiago, Anes Ortigosa

La primera similitud es justamente el inicio. Lo que te lleva a emprender es exactamente la misma motivación que te lleva a hacer el camino. Una ilusión o una acción emocionante. Algo que te empuja a querer vivir esa experiencia aunque no sepas ni por donde empezar a vivirla.

La segunda similitud es la preparación. Cuando hablamos de el camino de Santiago, es ese tiempo en el que buscas información. Te planteas que cosas necesitas llevar en la mochila y cuales no cuando la pesas. Emprendiendo es hacer el plan de empresa o el model canvas business.

La tercera similitud es el primer paso. En tu idea de negocio está todo listo, estás a punto de levantar la persiana y comenzar a vender a clientes. Ilusión, energía, positivismo, todas estas cualidades están presentes también en los peregrinos que comienzan.

Cuarta similitud, hacer el camino. Esta es una de las principales. Cuando empiezas a andar, por muchas guías que hayas leído sobre la etapa del camino, tienes una incertidumbre sobre lo que te espera en los próximos metros. Siendo emprendedor esa incertidumbre es el mero hecho de “abrir al público”. Emprender no solo es abrir un negocio, está la incertidumbre de que no sabes en que momento te va a llegar un cliente y si ese cliente te va a comprar o no.

Quinta similitud, las compañias. Gente que te encuentras por el camino, cada cual con su historia. Te acompaña unos metros o kilometros, intercambias experiencias e impresiones. En alguna ocasión se convierte en un nuevo compañer@ de viaje, otras veces solamente es una persona que comparte tu camino puntualmente y que saludas con un “buen camino”. Cualquier emprendedor que lea esto sabrá que es importante el networking, algunas personas se pueden convertir en socios o proveedores y crecer juntos. Otras personas serán una válvula de escape de la tensión del día a día y en ocasiones aportar luz a un problema que tengas. El resto, gente con la que coincides en los eventos de emprendimiento o de tu sector.

Sexta similitud, imprevistos y dificultades. Si hablamos en el camino de Santiago son las temidas ampollas y rozaduras, o el calor, la lluvia, las cuestas pronunciadas, etc… Todo aquello que no tenías previsto en tu etapa y te provoca retraso o ganas de abandonar la aventura. Emprendiendo tendrás gente que solo dirá que no vas a tener éxito. (Como si supieran alcanzarlo) Van a surgir imprevistos, nada se va a parecer a lo que hayas planificado ni previsto en los planes de negocio y estrategias a seguir. La incertidumbre de ser emprendedor y empresario está siempre presente, no saber que va a querer tu cliente o si hoy tendrás alguno.

Por suerte, si haces el camino, sabrás que el objetivo no es llegar a Santiago, y que simplemente ver la plaza de Obradoiro no es significa final, sino principio. Has sido capaz de llegar y superar todas las adversidades, enfrentarte a tus demonios y vencer. Justamente como emprender. Tanto si comienzas a facturar y te conviertes de emprendedor a empresario/a o si tienes que cerrar tu proyecto. No significa fracaso, has sido más valiente y capaz que esas personas que no lo han intentado. (Más info sobre beneficios de fracasar) Ahora acumulas una experiencia y sabiduría extrapolable a otras muchas facetas de la vida.

Buen camino y éxito.