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6 Aprendizajes de una relación epistolar en 2021

Antes de nada quiero avisar de que quizás he hecho un poco de clickbait con lo de relación epistolar en 2021. Realmente no me he puesto a enviar cartas manuscritas por correo postal. Sin embargo, si que ha sido una experiencia muy similar vivida durante el año 2021.

Carta by thetaxhaven (flickr)

La realidad y salvando la privacidad, es que durante un tiempo he estado manteniendo relación social con una persona que solo veía 1 o 2 veces a la semana con suerte. Esto me ha traido distintos aprendizajes que os comparto aquí.

Pongamos una cafetería en la que siempre vas a la misma hora y coincides con las mismas personas. El primero de los aprendizajes es que aunque nos neguemos, los humanos somos personas de costumbres, siempre nos sentamos en el mismo sitio. No solo yo y no solo esta persona. En general, todas las personas que hacemos algo repetitivo lo hacemos siempre igual. Ya sea por comodidad, inercia o lo que sea, si entramos en una sala, terminamos ocupando siempre el mismo espacio. Esto por lo poco que sé, creo que está asociado a que nuestro cerebro nos incita a llevar costumbres repetitivas y no salir de la zona de confort.

Vuelvo a la narración principal. Al principio, somos dos personas con nada aparentemente en común salvo coincidir en espacio y tiempo un día concreto a la semana.

El segundo de los aprendizajes es que no soportamos la incertidumbre ni la intriga. Aunque no conozcas ni se interactúe socialmente de forma directa, cuando coincides con las mismas personas, tendemos a generar en nuestro imaginario una ficha de vida, aplicamos estereotipos. (leer más sobre estereotipos y creatividad) Igualmente ocurre con espacios. Manteniendo la cafetería, una puerta que haya con un cartel de no pasar, asumimos que puede ser un cuarto de limpieza, almacén, etc. Pero si surge la opción de ver que hay, intentaremos verlo. Es natural. Quizás instinto de supervivencia.

De esto no llego a comprender el motivo, pero el tercer aprendizaje es que préstamos más atención a los detalles y los valoramos más. Nos produce cierta satisfacción conocerlos. Por ejemplo un día, estás en tu mesa y descubres que su nombre es Juan, Gloria, Antonio, Susana… Pues es de esas cosas que vas a recordar con solo escucharlo una vez. Quién dice el nombre, dice cualquier otro dato personal. Vinculado con el segundo aprendizaje, conocer esa información entra dentro de esa ficha imaginaria que nos hemos hecho de la persona. Mentalmente es como que válidas información. Como si fuera una pista para completar el juego. Yo al menos, lo he vivido así. Es como si estuviera haciendo un sudoku o un crucigrama, y se destapara una de las casillas y se mostrara el dato real.

Sin duda, el cuarto aprendizaje ha sido desconectar de la inmediatez. Saber respetar los tiempos y generar expectación ante la posibilidad de coincidir. Viviendo suficientemente rápido donde todo ocurre en el aquí y ahora, este “juego” ha sido clave. Ya que se tenía que dar solo los días que coincidíamos. Si por ejemplo era los jueves, había algún jueves que no ocurría. Primordial para trabajar la gestión de la incertidumbre y especialmente la decepción. Esa decepción de cuando deseas algo pero no ocurre. Que no es otra cosa que ser rápido mentalmente en asumir las nuevas circunstancias y cambiar el chip. No quedarse anclado en pensamientos negativos o en lo que podría haber pasado.

Trabajar eso que está tan de moda de “soft kills” y la adaptabilidad al cambio en entornos VUCA. Si te pilla de nuevas esto del entorno VUCA, es simplemente una nomenclatura para definir momentos y situaciones donde hay que tomar decisiones sin tener certezas. (leer wikipedia)

Hay otro aprendizaje vinculado a esta situación de una relación epistolar en 2021. La idealización. Cuando ocurre todo en un proceso lento e intermitente, en los ratos que no está ocurriendo a veces piensas en ello y vas construyendo distintos escenarios. Al menos es lo que me ha ocurrido a mi. He idealizado distintas situaciones y posibilidades. A nivel creativo, me ha servido de mucho porque así puedo valorar distintas opciones. Era un ejercicio creativo más de tantos que realizo.

¿Sabéis cúal es el último aprendizaje de una relación epistolar en 2021? Algo muy manido pero no por ello falto de razón. Aprender a decir adiós y saber disfrutar intensamente del momento, del ahora. Sin llegar a conocer el motivo, llegó un día, un jueves, en el que esa persona dejó de aparecer en el mismo momento que yo estaba en esa cafetería. Se terminó el juego y la relación de desconocidos. Seguramente habrá mil motivos aleatorios y más o menos superfluos para que haya ocurrido. Lo que quiero destacar es que esa casuística de haber coincidido un tiempo me ha servido para descubrir algunas cosas y plasmarlas en esta hoja del cuaderno.

P.D.: Si alguien quiere probar y experimentar lo de comunicarse por correo postal, escribirme por privado y gestionamos para comenzar una relación epistolar.

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